2.2.22

UuuUuuh… tetas

En esta polémica tampoco se trata de encontrar al temeroso de las tetas para alentarlo a ser valiente, para sacarlo de su zona de confort, como dicen ahora, y hacerlo un hombre, sino de encontrar, señalar y linchar si se tercia al que se atreva a decir una obviedad ya vergonzante. Algo como que las tetas nos dan miedo en rarísimas ocasiones y que lo más habitual es que nos gusten y más bien mucho. Un tipo que vaya por allí, o por aquí, publicitando su gusto por las tetas ya no es gracioso, ni siquiera un poco marrano, sino un baboso extemporáneo, machirulo peligroso, torrentino incluso, soon to be pollavieja y, qué duda cabe, machista potencialmente violento.