19.3.21

Tots malalts

La pandèmia ha reforçat la naturalesa terapèutica de la nostra societat. El govern va dir “cuideu-vos” i la gent va començar a repetir “cuideu-vos”. Com a lloros. A l’acomiadar-se als mails, a les reunions per zoom, a les classes online, a la cua del super, a l’ascensor i a l’escala. O sigui que aquesta Ă©s una por que els nostres governs van promoure deliberadament i de la que sĂ³n, per tant, responsables. És una por que ha tingut, que tĂ© i que tindrĂ  conseqĂ¼Ă¨ncies greus i Ă©s una por que els estĂ  permetent dissimular la seva incompetència durant la pandèmia i els permetrĂ  dissimular la seva incompetència quan aquesta passi.

3.3.21

Hacerse el tuerto

Estas protestas sĂ³lo son excepcionales para quien no habĂ­a vivido otras, para quien no habĂ­a sufrido o protagonizado otras. Es decir, para quienes olvidan demasiado rĂ¡pido y para quienes nacieron demasiado tarde y justo llegan ahora a este mundo loco en el que habitamos los adultos. 

En Barcelona, y que yo recuerde, a bote pronto, en los Ăºltimos años se han quemado cosas y asaltado tiendas para protestar contra de la Guerra de Irak, la globalizaciĂ³n, el Plan Bologna, las sentencias del ProcĂ©s e incluso para celebrar los tĂ­tulos del Barça de Guardiola. Las comparaciones histĂ³ricas en las que se amparan estos dĂ­as los revolucionarios, por ingenuos o por cĂ­nicos, para justificar la violencia, adolecen de un sesgo de supervivencia por el cual sĂ³lo nos acordamos de dos o tres revoluciones que triunfaron y no de las incuantificables que fracasaron y fracasan a diario.