12.8.20

Que gane el campeón

No descubrimos nada si decimos que las grandes marcas, como Nike, ya no anuncian una marca o un producto sino una forma de vivir, de ser y de pensar. Una ideología. Y que el éxito de la estrategia es tal que ni siquiera Jordan se atrevería a recordarles que también los republicanos compran zapatillas. Porque todos sabemos que los republicanos seguirán comprando zapatillas por muy progres que se pongan los fabricantes. Todo la gracia del anuncio está ahora en descubrir en qué consiste esa ideología progre con la que Nike pretende que asociemos su marca. Y la sorpresa, siempre muy relativa, es descubrir que se trata de una amalgama de causas con muy buena prensa pero sin ninguna coherencia o dirección.


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