13.1.22

Nuestro héroe Djokovic, a pesar de Djokovic

El culebrón Djokovic sigue abierto pero va tomando el camino correcto, que es el de los “errores humanos” en la lucha por causas imperfectas. 

Se había convertido en la batalla final por la libertad en el mundo, la derrota final de la pandemia, la némesis que pone en su sitio al pasado de hubris, la justicia social y local contra las pretensiones de un millonario global o la venganza del pueblo Serbio o de Jesucristo mismo reencarnado para acabar de una vez por todas con el mal en el mundo y etc. Porque cada uno lucha por lo que le da la gana, pero el Estado de derecho, la democracia liberal y demás, tiene una tendencia natural, por lo general muy positiva, a reducir todas estas luchas al papeleo y la burocracia. Y así ha sido con el caso Djokovic, reducido a procedimiento judicial, formularios, tecnicismos, mentirijillas e incertidumbres. Problemas y defectos humanos. Demasiado humanos.