13.10.22

Monedero, la Greta lista que no quiso crecer

Hay mucho ruso en Rusia y mucho listo en Twitter.

Lo inteligente es diferenciar y juzgar, pero el listo es quien todo lo mezcla y confunde para ahorrarse al mismo tiempo el trabajo y el compromiso con una causa imperfecta, que no esté a la altura de su bondad. Es el caso de Juan Carlos Monedero comparando a Vladímir Putin y Volodímir Zelenski, e implorando cordura y la paz universal.

Es un tuit que parece una parodia. Pero sirve, al menos, para dejar claro que mucho más digna que esta equidistancia crítica, tan cínica y cobardica, es la defensa de Putin y la exigencia de que se abandone a los ucranianos a su propia suerte. Aunque sea en nombre del gas, de la realpolitik o del futuro de la cristiandad. Pero que sea por algo al menos. Algo que podamos criticar u odiar, incluso, y que no se limite a medrar entre la mentira, el bullshit y la barbaridad despreciable.

Algo por lo que estemos dispuestos a investigar posibles ejecuciones y denunciar las mentiras de los nuestros. Pero que no nos obligue, por vergüenza torera, a recordar que ni siquiera en una guerra es lo mismo volar un puente que bombardear civiles.

El problema, claro, es que a Monedero le basta y le sobra con pasar por listo. Tanto por ser de izquierdas de las verdaderas, como por ser intelectual, como por ser tuitero.

Por todas estas cosas y muchas más, Monedero es una conciencia pura, que vuela libre, como decía su amiguito de partido. Y que por eso puede vivir y vive de denunciar y lamentar los problemas, pero no de solucionarlos. Le basta con alimentar la esperanza de que una revolución futura, una autoridad más alta o un deus ex machina se ponga, ahora sí y en serio, a arreglarnos este desaguisado.

"¿Es que nadie va a parar a estos putos locos?", se preguntaba. Como esa pobre señora de Los Simpson que siempre se pregunta, escandalizada por la indiferencia ajena, si es que nadie va a pensar en los niños. Todos, señora. Todos pensamos en los niños todo el rato.

Pero algunos sospechamos que quizás con eso no baste. Que quizás pensar en ellos no solucione ningún problema y que sea necesario hacer algo más, un poco más complicado, incierto y me temo que molesto, para asegurar su supervivencia y su bienestar.

Y con los niños pequeños y con las almas puras en general pasa esto. Que es insoportable, que hay que aplaudirlos y felicitarlos tanto cuando se equivocan, por sus buenas intenciones, y también después, cuando se contradicen y aciertan, por haber aprendido.

El otro día salía Greta Thunberg, algo crecidita ya, dudando y admitiendo que es very difficult todo esto. Pero que, quizás, si las nucleares ya están abiertas y funcionando, es mejor para lo del clima la nuclear que el carbón.

Greta se está haciendo mayor y empieza a intuir las complejidades del mundo. Si no vigila, pronto tendrá que empezar a buscarse un trabajo. Debería aprender de Monedero, que es como una vieja Greta que, por los motivos que sea, que parecen muy buenos y lucrativos, nunca quiso crecer. Más listo que el hambre.