15.1.22

Rufián I 'El incrédulo'

Dicho mucho de cómo está la cosa que Rufián se esté quedando ya como el más listo de la clase. Y que si no aprende del Príncipe, aprende al menos del Principito. Si este nos enseñaba que un buen rey, el más poderoso y más glorioso de los reyes, puede incluso mandar salir y ponerse el sol siempre que sepa cuándo hacerlo, Rufián nos enseña que un político no debería dar credibilidad a nada que le obligue a hacer cosas que ni le apetecen ni le convienen. Esta credibilidad selectiva es un talento, supongo, que además encaja y muy bien con ese perezoso arrastrar la voz y suspirar con el que nos suele perdonar la vida.