29.12.20

Dijo Diego

Por mucho que lo intentase Évole, Messi no se mete en política. Ni siquiera para ir al Mercadona, que se supone el super de los humildes y currantes, aunque alguna vez haya ido «al super», en genérico, en inclusivo. Pero este procedimiento evasivo tiene sus límites, que son los límites mismos de la inclusión o el relativismo. Y aquí el límite fue Maradona. Preguntado sobre esa jugadora, Dapena, que se sentó de espaldas cuando las demás rendían homenaje a Maradona, Messi separó al autor de la obra para constatar que sobre el Maradona persona hay opiniones distintas y que hay que respetarlas. Pero en realidad no. Es decir, sí que las hay, supongo, pero no hay que respetarlas todas por igual. Si Maradona fue, como dijo esta futbolista rebelde, «un violador, pedófilo, putero y maltratador», (que yo qué sé) entonces no vale decir que la gente tiene opiniones distintas sobre su vida privada. Que sí, que claro que las tienen, pero no valen. Y eso es tan claro para todo el mundo que, aunque muchos han rendido homenaje al futbolista Maradona, y alguno incluso al comunista Maradona, nadie le ha rendido homenaje por violador, por pedófilo o por maltratador. Por putero es más probable, pero tampoco me consta.

23.12.20

Black is black

Estas polémicas sobre el racismo en el fútbol, ondoyantes, que llegan como si nos importase mucho y se van como si nada. He visto que al jugador Cavani amenazan con sancionarlo gravemente por haberle dado las «Gracias, negrito» a un amigo suyo, presunto negro. Y he recordado que hace nada, un par de semanas a lo sumo, se paró un partido de Champions cuando un cuarto árbitro indicó que había que sancionar al negro. Parece ser que el negro lo oyó y montó en cólera, exigiendo explicaciones sobre por qué se referían a él como negro y provocando la reacción airada de los jugadores de ambos equipos, que se negaron a seguir con el encuentro.

2.12.20

Pongamos que hablaban de Madrid

Seguro que esa repentina manía que le ha entrado a Esquerra con la armonización fiscal es otra de sus jugadas maestras, y quizás la definitiva, porque parecería que le están haciendo el trabajo sucio a Vox. Parecerá contradictorio que un partido independentista esté de golpe tan interesado en recentralizar competencias y en unificar políticas, pero es una contradicción demasiado evidente como para perder el tiempo en ella. Porque, evidentemente, esto no va de que a Esquerra le haya entrado de golpe la preocupación por esa España que se vacía por la fuerza de la irresistible atracción de la libertad, el cosmopolitismo y las porras del desayuno madrileño. De eso ya se preocuparán quienes ahora se ríen de Teruel por decir que existe.