19.8.20
15.8.20
Maskerada
12.8.20
Que gane el campeón
No descubrimos nada si decimos que las grandes marcas, como Nike, ya no anuncian una marca o un producto sino una forma de vivir, de ser y de pensar. Una ideología. Y que el éxito de la estrategia es tal que ni siquiera Jordan se atrevería a recordarles que también los republicanos compran zapatillas. Porque todos sabemos que los republicanos seguirán comprando zapatillas por muy progres que se pongan los fabricantes. Todo la gracia del anuncio está ahora en descubrir en qué consiste esa ideología progre con la que Nike pretende que asociemos su marca. Y la sorpresa, siempre muy relativa, es descubrir que se trata de una amalgama de causas con muy buena prensa pero sin ninguna coherencia o dirección.
5.8.20
Inoportuno oportunismo
De todas las alegres indignaciones de estos días, las más tristes e hipócritas son las del “espacio convergente”, como les llama la rufianada. Es una alegría forzada, de pagliaccio, de quien se ha visto obligado por las circunstancias y por sus propios complejos a abrazar un republicanismo sin sustancia y que ahora les arrastra a luchar otra batalla estéril en nombre de sus adversarios. Es la alegría de quien se dejó convencer que el nacionalismo era un atraso y una vergüenza y de derechas y que las derechas eran malas. La alegría de los que se pusieron muy serios a buscar razones que justificasen la independencia de la Comunidad Autónoma catalana sin apelar a ninguna razón que les fuese propia y que, con la ayuda de Esquerra y Podemos, encontraron las excusas de la justicia social, de las pensiones, de las leyes de dependencia, los helados de postre y hasta del republicanismo. Se contentaron con hacerse republicanos porque hacerse de Esquerra todavía no era necesario, y todas las excusas que encontraron para hacer la independencia se les imponen ahora como excusas para no hacerla.